Neurocirugía vascular

La neurocirugía vascular es una de las subespecialidades más populares y de rápida evolución dentro de la neurocirugía. Utilizando tecnología punta, los neurocirujanos vasculares tratan afecciones del cerebro y la médula espinal que involucran vasos sanguíneos (arterias y venas). Dentro de la neurocirugía vascular, se utilizan muchas técnicas, incluidos abordajes quirúrgicos tradicionales (técnicas vasculares abiertas) y abordajes mínimamente invasivos a través de vasos sanguíneos (técnicas endovasculares).

Estas técnicas permiten a los especialistas tratar una amplia variedad de trastornos y restaurar la función de sus pacientes. En este documento, analizaremos muchos aspectos de la neurocirugía vascular y responderemos muchas preguntas frecuentes tanto de los pacientes como de los cuidadores.

La neurocirugía vascular abierta se refiere al uso de técnicas quirúrgicas tradicionales, como la craneotomía, para tratar la patología vascular. La neurocirugía endovascular es una técnica mínimamente invasiva que utiliza catéteres (cables) especializados para entrar en los vasos sanguíneos de la muñeca o la ingle. Estos catéteres se pueden utilizar para realizar diagnósticos por imágenes avanzados para recopilar imágenes de la red de vasos sanguíneos utilizando contraste. Las técnicas endovasculares utilizan estos catéteres para tratar accidentes cerebrovasculares, aneurismas e incluso para sellar el suministro de sangre (embolizar) a los tumores del cerebro y la columna.

Los neurocirujanos vasculares a menudo un fellowship de capacitación adicional para aprender habilidades pertinentes a los trastornos vasculares del cerebro y la columna. La residencia tradicional en neurocirugía tiene ahora una duración de 7 años. El entrenamiento por fellowships puede ocurrir durante la residencia de neurocirugía tradicional (conocido como fellowship integrado) o después de graduarse de un programa de residencia de neurocirugía.

Incluso con un fellowship especializado, muchos neurocirujanos vasculares continúan tratando muchos tipos diferentes de patologías del cerebro y la columna. Los trastornos vasculares suelen estar entrelazados con estas patologías y el uso de técnicas especializadas puede mejorar determinadas modalidades de diagnóstico y tratamiento.

Si bien las técnicas vasculares abiertas solo pueden ser realizadas por neurocirujanos en un quirófano, las técnicas endovasculares pueden ser realizadas por médicos de otras especialidades. La formación por fellowship en intervención endovascular permite a neurólogos y radiólogos diagnosticar y tratar determinadas enfermedades vasculares. No es raro que un hospital emplee neurólogos intervencionistas y neurorradiólogos intervencionistas para trabajar en conjunto con un equipo de neurocirujanos. Cada especialista aporta una perspectiva adicional para facilitar la atención del paciente.

Lo más habitual es que los neurocirujanos vasculares se centren en los trastornos de los vasos sanguíneos (arterias y venas), como:

• Accidente cerebrovascular: El accidente cerebrovascular isquémico agudo es una de las intervenciones más comunes y urgentes manejadas en neurocirugía endovascular. Los accidentes cerebrovasculares isquémicos ocurren cuando una parte del cerebro pierde el flujo sanguíneo. Esto suele ocurrir cuando un coágulo u otros desechos bloquean el paso del flujo sanguíneo a través de un vaso importante del cerebro. Los neurocirujanos endovasculares pueden recuperar el coágulo y restablecer el flujo.
• Aneurismas intracraneales: bolsas de vasos sanguíneos en el cerebro en forma de globos que pueden romperse y causar síntomas. Si un aneurisma se rompe, requiere atención inmediata y posible intervención para detener el sitio del sangrado.
• Malformaciones arteriovenosas (MAV): las MAV son a menudo anomalías congénitas (presentes al nacer) de los vasos sanguíneos. Las arterias de alta presión normalmente divergen en capilares antes de converger en venas. En las MAV, estas arterias de alta presión se conectan directamente con venas de baja presión. Este fenómeno puede provocar una masa de vasos sanguíneos ingurgitados que conlleva un riesgo de rotura y hemorragia dentro del cerebro. La intervención endovascular puede bloquear estas arterias anormales y la cirugía puede extirpar la MAV. La cirugía sigue siendo la forma más definitiva de curar una MAV.
• Malformación cavernosa: las malformaciones cavernosas son similares a las MAV, excepto que el flujo sanguíneo dentro de las malformaciones cavernosas es mucho más lento. Se recomienda la extirpación quirúrgica en determinados casos sintomáticos.
• Tumores cerebrales: ciertos tumores cerebrales, específicamente los meningiomas, pueden beneficiarse del tratamiento previo con embolización endovascular del suministro de sangre del tumor. Esto puede minimizar la pérdida de sangre durante la cirugía y puede tener beneficios para los resultados del paciente.

Hay aproximadamente 3500 neurocirujanos ejerciendo en los Estados Unidos. Los neurocirujanos vasculares representan sólo una fracción de esta fuerza laboral ya limitada. Dada la necesidad de una tecnología costosa relacionada con las imágenes y la intervención endovascular, los neurocirujanos vasculares suelen trabajar en hospitales universitarios académicos o en grandes áreas urbanas.

Estos especialistas rara vez, o nunca, se ven en entornos rurales. Su ubicación en hospitales universitarios los pone a disposición de la comunidad, que con frecuencia atiende a pacientes llevados al departamento de emergencias en ambulancia o helicóptero desde hospitales más pequeños o rurales.

Comúnmente, los pacientes con signos graves y evidentes de accidente cerebrovascular y otros trastornos vasculares, incluida hemorragia cerebral, acuden al departamento de emergencias y son atendidos por un neurocirujano vascular. En otros casos, los radiólogos, neurólogos, médicos de familia e internistas (médicos de medicina interna) pueden descubrir inadvertidamente una enfermedad vascular no sintomática durante un estudio de una afección no relacionada.

Los grandes centros oncológicos también pueden consultar a neurocirujanos vasculares en los casos en que el suministro de sangre a tumores o áreas de alto riesgo pueda ser problemático. Como una de las subespecialidades de neurocirugía de más rápido crecimiento, la neurocirugía vascular ofrece muchas ventajas en el cuidado de una amplia variedad de pacientes y patologías.

• La neurocirugía vascular es una subespecialidad fundamental, verdaderamente prometedora y con importantes contribuciones al futuro de la neurocirugía.
• Las técnicas endovasculares son mínimamente invasivas y están ganando mayor popularidad entre la comunidad neuroquirúrgica para una amplia variedad de escenarios de tratamiento.
• Las técnicas vasculares abiertas, aunque más invasivas, son necesarias para determinadas enfermedades vasculares complejas y de difícil acceso.

• Sección Cerebrovascular de la Asociación Americana de Cirujanos Neurológicos
• Fundación de Aneurisma Cerebral
• La Fundación de Aneurisma y MAV
• Asociación Americana de Ictus