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Síntomas de malformación cavernosa

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Una malformación cavernosa, también conocida como cavernoma o angioma cavernoso, es un grupo anormal de vasos sanguíneos que suelen tener un tamaño de 1 a 5 cm (aproximadamente 0,5 a 2 pulgadas). Estos vasos sanguíneos carecen de paredes normales, lo que provoca fugas periódicas de sangre. Las convulsiones son un síntoma común. Si a usted o a su ser querido le han diagnosticado una malformación cavernosa, siga leyendo para obtener más información sobre lo que implican los síntomas y por qué ocurren.

¿Cuáles son los síntomas de una malformación cavernosa?

Los síntomas comunes de una malformación cavernosa incluyen convulsiones y problemas neurológicos (debilidad, entumecimiento y otros problemas neurológicos) según su ubicación. Los síntomas neurológicos pueden diferir para cada paciente dependiendo de la función del tejido cerebral circundante afectado.

Muchos de los síntomas de una malformación cavernosa pueden imitar otras afecciones neurológicas no relacionadas. Si experimenta síntomas preocupantes, consulte a un profesional médico para una investigación exhaustiva para determinar la causa.

Los síntomas de una malformación cavernosa se detallan a continuación.

Cefaleas

Las malformaciones cavernosas pueden variar en tamaño y llegar a tener un diámetro tan grande como el de una pelota de golf o una fresa. Una masa grande puede ejercer presión sobre los tejidos circundantes, como vasos sanguíneos y nervios, provocando dolor y la percepción de una cefalea.

Los dolores de cabeza que aumentan en frecuencia, son particularmente intensos o no se parecen a los dolores de cabeza que ha tenido en el pasado, deben controlarse más a fondo. Aunque el dolor de cabeza es un posible síntoma de una malformación cavernosa, el dolor de cabeza por sí solo es común y puede asociarse con muchas otras afecciones.

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Convulsiones

La sangre que se escapa de una malformación cavernosa puede irritar los tejidos circundantes y provocar una actividad eléctrica anormal dentro del cerebro, también conocida como convulsiones. Es posible que pierda o no el conocimiento durante la convulsión dependiendo de la cantidad de cerebro que afecte la crisis.

A diferencia del característico temblor de todo el cuerpo que nos viene a la mente cuando se mencionan las convulsiones, las convulsiones que involucran menos tejido cerebral pueden ser sutiles e implicar ligeros movimientos anormales de ciertas partes del cuerpo o la aparición repentina de percepciones extrañas, como un olor o sabor específico.

Problemas neurológicos

La ubicación de una malformación cavernosa determina el tipo de síntomas que puede experimentar un paciente. Diferentes partes del cerebro controlan diversas funciones, todas las cuales pueden verse afectadas por la presencia de una malformación. Por ejemplo, si se forma una malformación cavernosa cerca del área responsable del habla, entonces pueden ocurrir problemas para hablar o dificultad para hablar. A continuación se detallan otros posibles déficits o problemas neurológicos a los que hay que prestar atención.

Dificultades visuales

La información visual se transmite al cerebro a través de los nervios ópticos. En concreto, esta información viaja a la parte posterior del cerebro en una región llamada lóbulo occipital. Si se forma una gran malformación cavernosa cerca de esta vía, pueden ocurrir problemas visuales como visión borrosa, visión doble, sensibilidad a la luz o pérdida de la visión.

Problemas de equilibrio

El nervio vestibular dentro del oído interno es responsable de mantener el equilibrio y la conciencia de dónde se encuentra su cuerpo en el espacio. Una malformación cavernosa ubicada cerca de esta vía en el tronco del encéfalo puede causar inestabilidad, mareos, vértigo, caídas hacia el lado del cuerpo donde se encuentra la malformación o una sensación de flotación constante.

Debilidad o parálisis en brazos o piernas

El movimiento voluntario de brazos y piernas se produce mediante señales que viajan desde el cerebro a la médula espinal y luego a los músculos responsables de realizar las acciones previstas. Los cavernomas que presionan contra las estructuras involucradas en esta vía pueden causar debilidad o parálisis.

Otros déficits neurológicos pueden implicar el habla, el lenguaje, las sensaciones, el pensamiento, la memoria, el estado de ánimo o la personalidad. Dependiendo de su ubicación, una malformación cavernosa puede provocar pérdida de memoria y alteraciones del comportamiento que pueden resultar especialmente preocupantes. Por otro lado, es posible que algunos pacientes no experimenten ningún síntoma.

Riesgos de malformaciones cavernosas

Cuando se trata de malformaciones cavernosas, la principal preocupación es el riesgo de hemorragia en el cerebro circundante. Al romperse, la sangre de una malformación cavernosa puede irritar el tejido cerebral vecino y causar convulsiones u otros problemas neurológicos, o incluso, en muy raras ocasiones, la muerte. El riesgo anual de hemorragia por una malformación cavernosa no diagnosticada previamente suele ser inferior al 1%, pero puede aumentar del 3% al 5% en el caso de malformaciones cavernosas que han sangrado previamente o se encuentran en el tronco del encéfalo.

Sangrado de malformaciones cavernosas

Una malformación cavernosa es por naturaleza permeable. Con paredes delgadas que carecen de fuerza y estructura normales, una malformación cavernosa puede rezumar sangre periódicamente. Tras la ruptura, se produce una hemorragia cerebral más preocupante (hemorragia intracerebral). El sangrado de una malformación cavernosa suele ser más lento que el de una malformación arteriovenosa (MAV). Sin embargo, esto aún puede ser un evento potencialmente mortal.

No se ha determinado la causa o el desencadenante del sangrado. En general, el sangrado por una malformación cavernosa es poco común (1% a 5% por año), especialmente si nunca antes ha sangrado. No hay evidencia que respalde el papel del estrés en la causa del sangrado de un cavernoma. Sin embargo, el diagnóstico de una malformación cavernosa y el riesgo potencial de hemorragia pueden resultar estresantes.

Determinar si el tratamiento es necesario dependerá de la gravedad de los síntomas y de un análisis exhaustivo de los riesgos y beneficios asociados con cada opción de tratamiento. No dude en buscar una segunda opinión si desea obtener más información sobre su diagnóstico. Un neurocirujano experimentado puede marcar una gran diferencia a la hora de elegir y administrar el tratamiento adecuado para usted.

Conclusiones clave

  • Los síntomas de una malformación cavernosa incluyen convulsiones, dolores de cabeza y problemas neurológicos.
  • Los síntomas exactos dependen de la ubicación y el tamaño de la malformación cavernosa.
  • Aunque el sangrado por una malformación cavernosa es poco común, puede poner en peligro la vida.

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