Cirugía para el glioma

La cirugía es una de las opciones de tratamiento inicial y más común para los pacientes diagnosticados con glioma. La elección de someterse a una cirugía es una decisión importante en la vida. Si bien las complicaciones son poco comunes, es fundamental que los pacientes y los cuidadores tengan la información que necesitan para tomar decisiones informadas sobre cómo prepararse y recuperarse de una cirugía de tumor cerebral.

Es importante que encuentre un neurocirujano experimentado con un historial de excelencia. El cirujano debe formar parte de un equipo multidisciplinario de especialistas (neuroncólogos, etc.) que sean reconocidos a nivel nacional por sus resultados comprobados. La atención de los tumores cerebrales es verdaderamente un enfoque de equipo.

Investigue a fondo mediante consultas de otros médicos con los que esté familiarizado para asegurarse de que el neurocirujano tenga experiencia especial en cirugía de tumores cerebrales. Debe poder establecer una relación excelente y de confianza con su cirujano y, lo que es más importante, estar muy familiarizado con sus opciones y riesgos/beneficios quirúrgicos. Esta relación es uno de los componentes más importantes de su atención y no debe subestimarse.

Las cirugías para extirpar gliomas son procesos organizados y rutinarios que comienzan mucho antes del día de la cirugía. Para entonces, su neurocirujano habrá desarrollado un plan quirúrgico utilizando una combinación de sus síntomas e imágenes avanzadas.

El día de la cirugía, normalmente llegará temprano al centro quirúrgico o al hospital. Espere ser recibido por miembros del equipo de múltiples especialidades (neurocirugía, anestesia, enfermería, servicios hospitalarios, etc.) mientras lo preparan para su cirugía. La cirugía de glioma puede tardar entre una y seis horas o más, según la complejidad del caso.

Para los pacientes bajo anestesia, este tiempo pasará rápidamente. Para los familiares de los pacientes, esto puede parecer una eternidad. Muchos factores contribuyen al tiempo en el quirófano y esto no debe usarse como una medida de cómo va la cirugía. Las actualizaciones de rutina a menudo están disponibles a través de enfermeras circulantes durante todo el caso.

Si se le considera candidato para una craneotomía despierto para poder localizar la ubicación de las funciones vitales del cerebro antes de que se extirpe el tumor, se le proporcionarán instrucciones adicionales antes del día de la cirugía para que la experiencia sea más cómoda para usted.

Un procedimiento de biopsia es una cirugía mucho más simple en la que solo se extrae una pequeña parte del tumor con fines de diagnóstico.

Para obtener más información sobre los aspectos técnicos de la cirugía y la amplia experiencia del Dr. Cohen, consulte el capítulo sobre Glioma de bajo grado en el Neurosurgical Atlas.

Las complicaciones quirúrgicas no son comunes; sin embargo, es importante estar familiarizado con los riesgos potenciales y lo que puede salir mal antes, durante y después de la cirugía.

• Antes de la cirugía, los riesgos de la anestesia (el proceso de dormirlo y prevenir el dolor) incluyen síntomas menores, como dolor de garganta o náuseas y vómitos, hasta complicaciones más graves que involucran el corazón o los pulmones.
• Durante la cirugía, además de los riesgos continuos de la anestesia, su cirujano puede experimentar pérdida de sangre, hinchazón o progresión imprevista de la enfermedad desde la fecha de su última imagen. Afortunadamente, los neurocirujanos reciben casi una década de capacitación exhaustiva para manejar estos problemas cuando surgen.
• Después de la cirugía, su equipo de atención estará atento a signos de hinchazón en el cerebro, infección de los sitios de incisión y coágulos de sangre en las piernas debido a la reducción de la actividad después de la cirugía.

A menudo, un paciente puede regresar a casa entre varios días y una semana después de la cirugía. Se anima a los pacientes a que reanuden la caminata y el cuidado personal, mientras que se desaconsejan las actividades más extenuantes, como hacer ejercicio, durante 4 a 6 semanas. La capacidad de regresar al trabajo depende de la naturaleza del trabajo. Las personas con trabajos menos extenuantes, como el trabajo de oficina, pueden tomar su propia decisión sobre cuándo regresar al trabajo. Los trabajos que requieran más resistencia deben evitarse durante 4 a 6 semanas. Es posible que no se permita conducir hasta por 1 o 2 meses y es importante que su cirujano le dé autorización para conducir. Los pacientes que sufren convulsiones deben estar libres de convulsiones durante al menos 6 a 12 meses antes de que se considere conducir.

Desafortunadamente, los tumores cerebrales pueden reaparecer y tienden a volver a crecer cerca del sitio del tumor original. Es más probable que los tumores recidiven si solo se extirparon parcialmente. Los mismos síntomas, como dolor de cabeza, sensación de malestar, somnolencia, convulsiones y problemas de visión, pueden ser similares o más pronunciados que los síntomas iniciales.

La cirugía para algunos tumores recurrentes es una opción.

Para algunos pacientes, la vida después de la cirugía cerebral es relativamente normal. Es posible que otros pacientes necesiten ajustar su estilo de vida y regresar al trabajo más tarde de lo deseado. Algunos que se recuperan por completo pueden hacerlo en unas pocas semanas o varios meses. La recuperación es muy individualizada. La rehabilitación es una parte importante de la recuperación de algunos pacientes.

Los efectos secundarios a largo plazo de la cirugía de glioma dependen en gran medida de la extensión y ubicación del tumor que debe extirparse. La curación en el sitio de la incisión suele ser rutinaria. Con el cuidado adecuado, esto suele ocurrir dentro de las primeras semanas después de la cirugía. Durante este tiempo, no es raro que los pacientes experimenten cambios emocionales y de personalidad.

Los pacientes han informado que experimentan ira y tristeza mientras que otros se sienten abrumados. Los pacientes también pueden ser vistos como agresivos y confundidos. Estos síntomas a menudo ocurren debido a varios factores, incluido el aislamiento durante la hospitalización posoperatoria, la progresión natural de la enfermedad, la pérdida de independencia y la aceptación de un diagnóstico que cambia la vida.

Además de los cambios de comportamiento y personalidad, los efectos secundarios pueden incluir pérdida de memoria, cambios en la visión, pérdida del equilibrio y la coordinación, debilidad de brazos o piernas y problemas del habla si el tumor está cerca de partes del cerebro o de la columna que controlan estas funciones.

La fisioterapia e incluso la rehabilitación en instalaciones especiales es una estrategia de tratamiento posoperatorio importante para ayudar a los pacientes a recuperar la función física. Se pueden utilizar técnicas similares para recuperar la función cognitiva después de una cirugía cerebral, como la pérdida de memoria. Es importante modificar su entorno de vida para adaptarlo a sus necesidades, como tener un bloc de notas junto al teléfono para apuntar mensajes. Tenga un lugar especial para guardar los artículos importantes que usa a diario, como llaves y móviles.

Etiqueta los armarios para saber dónde se colocan los artículos. Utilice ayudas de memoria externas, como un teléfono inteligente con calendario o agenda. Utilice pastilleros u organizadores para los medicamentos. Siga una rutina establecida. Los cambios en la rutina deben introducirse cuidadosamente con muchos recordatorios hablados y escritos para preparar al individuo. Comprender que estos efectos secundarios a largo plazo pueden ocurrir y cómo minimizarlos es una parte importante para restaurar la función después de la cirugía de glioma.

• Centro de Cáncer Perimutter
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