Meningioma vs Glioblastoma: entendiendo las diferencias
Un tumor cerebral es una afección grave que requiere una evaluación inmediata y un plan de tratamiento bien pensado. Sin embargo, para que comience el tratamiento y la cirugía, el tumor debe diagnosticarse correctamente mediante escáneres cerebrales, rara vez biopsias y otras pruebas neurológicas, incluidos estudios de imágenes como resonancias magnéticas.
Dos de los tipos más comunes de tumores cerebrales son el meningioma y el glioblastoma. Siempre que se descubre una masa anormal en el cerebro o la columna vertebral de un paciente, los neurocirujanos primero intentarán determinar si el paciente tiene alguno de los dos. Un diagnóstico correcto es crucial porque será una base importante para el tratamiento.
Este artículo analiza el meningioma frente al glioblastoma, sus síntomas, procedimientos de diagnóstico y opciones de tratamiento.
¿Qué es un meningioma?
El meningioma recibe su nombre porque este tumor parte de las meninges o membranas que envuelven y protegen el cerebro y la médula espinal. La mayoría de los meningiomas son benignos (no cancerosos) y sólo en muy raras ocasiones pueden volverse malignos (cancerosos) y resultar fatales para los pacientes. Afortunadamente, los meningiomas malignos y agresivos son muy raros.
El meningioma crece muy lentamente. La mayoría de los pacientes no presentan síntomas, por lo que el tumor puede pasar desapercibido durante años. Incluso cuando son benignos, los meningiomas pueden tener efectos de por vida en los pacientes: cuando el tumor ha crecido hasta un tamaño significativo, puede ejercer presión sobre ciertas partes del cerebro y afectar las capacidades cognitivas, motoras, del habla, de la memoria, etc.
¿Qué es un glioblastoma?
El glioblastoma multiforme es un tumor agresivo que se forma a partir de células gliales, específicamente astrocitos. Las células gliales también se denominan “pegamento” del sistema nervioso porque rodean a las neuronas y les brindan soporte físico y químico.
Los tumores de células gliales suelen ser malignos. Pueden comenzar en el cerebro o la médula espinal y luego formar rápidamente proyecciones similares a dedos, extenderse y destruir los tejidos cerebrales sanos circundantes.
No existe cura para el glioblastoma. Los pacientes se someten a tratamientos (cirugía, radiación, quimioterapia) para frenar el crecimiento y la propagación de las células cancerosas y reducir los síntomas, que incluyen fuertes dolores de cabeza, convulsiones, debilidad, vómitos, visión doble y náuseas, entre otros.
A continuación, se muestra un resumen de las diferencias entre meningioma y glioblastoma:
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Meningioma | Glioblastoma |
Principalmente benigno (no canceroso) | Maligno (canceroso) |
Lento crecimiento | Rápido crecimiento y rápida propagación |
Se forma en las meninges del cerebro | Se forma en las células gliales del cerebro |
El tipo más común de tumor cerebral primario (tumores que se originan en el cerebro o en tejidos adyacentes) | El tipo más común de tumor maligno del sistema nervioso central (SNC) |
Más común en mujeres | Más común en hombres |
Los pacientes pueden no necesitar cirugía inmediata | Los pacientes a menudo se someten a tratamiento y cirugía tan pronto como sea posible |
Tratamiento:
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Diagnóstico de meningioma vs glioblastoma
Los neurocirujanos realizan las siguientes pruebas para determinar si un paciente tiene un meningioma o un glioblastoma:
- Las exploraciones por TC (tomografía computarizada) utilizan rayos X para generar imágenes transversales del cerebro.
- Las exploraciones por resonancia magnética (RM) utilizan campos magnéticos para crear imágenes transversales más detalladas de todo el cerebro.
- Una biopsia para descartar otros tipos de tumores y hacer un diagnóstico final (esto rara vez se hace).
- Un examen neurológico para comprobar la visión, la audición, la coordinación, la fuerza física, el equilibrio y los reflejos del paciente. Las anomalías en estas áreas pueden ayudar a los neurólogos a determinar la ubicación del crecimiento/tumor.
Los tumores cerebrales pueden ser malignos (cancerosos) o benignos (no cancerosos), primarios (que se originan en los tejidos del cerebro y su entorno inmediato) o metastásicos (que se originan en otras partes del cuerpo y se diseminan al cerebro a través del torrente sanguíneo). También pueden crecer rápidamente o tardar años en crecer. Los médicos consideran estos factores al determinar el tipo de tumor cerebral de un paciente y su tratamiento.
La diferencia entre glioma y glioblastoma
Si ha leído un poco de antemano, es posible que se haya topado con otro tipo de tumor cerebral llamado glioma. Algunos lo usan indistintamente con glioblastoma porque comparten la misma clasificación, pero los tratamientos para cada uno difieren.
El glioblastoma es un tipo de glioma. "Glioma" es un término general y una clasificación que se aplica a todos los tumores que comienzan en las células gliales del cerebro y la médula espinal. El glioblastoma es un glioma de grado 4, el más alto de la escala.
Es el tipo más agresivo y por tanto requiere un tratamiento igualmente agresivo. Mientras que los gliomas de grado 1 son relativamente benignos y se pueden tratar solo con cirugía, los glioblastomas de grado 4 a menudo requieren una combinación de cirugía, quimioterapia y otras opciones de tratamiento. Los gliomas de grado 2 y 3 varían en el grado de agresividad.
Es útil conocer el alcance más amplio del término glioma.
La importancia de buscar una segunda opinión
Hasta ahora, la comunidad médica ha identificado y reconocido más de 120 tumores cerebrales. Si bien no todos los tumores son cancerosos, su presencia en el cerebro aún puede provocar efectos secundarios que alteran la vida, como problemas de movilidad, habla y memoria. Los tumores benignos aún pueden crecer y ejercer presión sobre partes del cerebro donde no debería haberlas. Por lo tanto, diagnosticar y localizar correctamente el tumor cerebral es crucial.
Esto también explica la importancia de buscar una segunda opinión: otros especialistas pueden negar o confirmar el primer diagnóstico. Si ocurre lo primero, la segunda ronda de pruebas proporcionará a sus médicos más información útil para finalmente determinar el tipo y la naturaleza del tumor.
Aquí hay algunos otros beneficios de buscar una segunda opinión:
- Si se pasó por alto algo en la primera ronda de exámenes o si el tumor se propaga más rápidamente de lo esperado, la segunda ronda de pruebas lo determinará.
- Los pacientes pueden obtener oportunidades de planes de tratamiento alternativos y acceso a ensayos clínicos.
- Los pacientes pueden solicitar una derivación a los mejores especialistas de la ciudad o el estado.
- Los pacientes y sus familias aprenderán más sobre los tumores cerebrales y las opciones de tratamiento. También tendrán tiempo para evaluar si quieren continuar con su equipo de atención médica actual.
Tenga tranquilidad con un diagnóstico correcto y un tratamiento prometedor
Aunque obtener un diagnóstico preciso es sólo el primer paso de lo que podría ser un largo viaje hacia la recuperación, la tranquilidad que se obtiene es una recompensa en sí misma. Usted conoce su afección, por lo que puede planificar sus próximos pasos con su equipo de atención médica. También se sentirá más seguro para continuar con el tratamiento sabiendo que ha cubierto todas las bases y que está tomando la mejor decisión posible.
Si a usted o a alguien que conoce le han diagnosticado recientemente un tumor cerebral, considere obtener una segunda opinión de uno de los neurocirujanos más destacados del mundo.
El Dr. Aaron Cohen-Gadol, ganador de la Medalla Vilhelm Magnus, es uno de los neurocirujanos más destacados del mundo. Ha realizado más de 7000 cirugías cerebrales complejas y es autor de más de 540 publicaciones de investigación revisadas por pares. Es cirujano, profesor, investigador, mentor y pionero en neurocirugía, y continúa innovando técnicas quirúrgicas para revolucionar la atención al paciente.
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