¿Cuál es el proceso para diagnosticar el glioma?

Si tiene síntomas de glioma, su médico de atención primaria puede derivarlo a un neurólogo o neurocirujano para realizar más pruebas. Este artículo proporcionará información sobre los síntomas, los exámenes y las pruebas que se utilizan para diagnosticar los gliomas.

Tenga en cuenta que algunos de los síntomas más comunes de cualquier tumor cerebral pueden ser inespecíficos y superponerse a los síntomas de muchas otras afecciones. Por lo tanto, los síntomas por sí solos no pueden diagnosticar un glioma ni ningún otro tumor cerebral. Es necesario un estudio exhaustivo que incluya imágenes específicas para diagnosticar un glioma de manera oportuna.

El diagnóstico de glioma comienza cuando el médico examina y entrevista al paciente. Una vez que el proveedor reconoce los posibles síntomas de un tumor cerebral, indica a sus pacientes que se realicen más pruebas. Estas pruebas a menudo incluyen tomografías computarizadas (TC o AngioTC), imágenes por resonancia magnética (RM) y posiblemente una biopsia.

Para dar una idea de qué esperar, analizaremos estos procedimientos con más profundidad. Además, responderemos algunas preguntas comunes. ¿A qué edad se suelen diagnosticar los gliomas? ¿Qué es una resonancia magnética? ¿Cómo funciona una biopsia?

Éstas son buenas preguntas. A continuación, ofrecemos algunas orientaciones.

Para diagnosticar un posible glioma, los médicos adoptarán un enfoque gradual. Como verá, los procedimientos van de simples a más complejos.

Los médicos suelen utilizar los siguientes métodos en este orden para diagnosticar el glioma:

1. Examen neurológico
2. Tomografía computarizada
3. Resonancia magnética
4. Biopsia

Un examen físico por sí solo no diagnosticará el glioma. Sin embargo, los proveedores de salud utilizarán el examen físico para guiar futuras decisiones de diagnóstico. Por ejemplo, un médico podría ordenar más pruebas si un paciente pierde la coordinación, tiene vómitos repetidos o informa que los dolores de cabeza empeoran.

Además de las evaluaciones neurológicas avanzadas del habla, los reflejos, el equilibrio y la fuerza, los médicos pueden ordenar análisis de sangre para buscar signos de otras enfermedades o trastornos que puedan estar causando los síntomas.

Los hospitales pueden realizar tomografías computarizadas rápidamente. La prueba suele durar sólo unos minutos. La tomografía computarizada ofrece una mirada rápida al interior del cerebro. La claustrofobia no es un problema aquí ya que la exploración es relativamente abierta y cómoda para que el paciente la complete.

¿Qué es una tomografía computarizada? Una tomografía computarizada utiliza tecnología similar a una radiografía; sin embargo, la tomografía computarizada envía rayos a través del cuerpo en diferentes ángulos. Luego, una computadora toma estos fotogramas y los configura en una imagen clara. La tomografía computarizada es indolora y todo lo que el paciente debe hacer es recostarse en una cama mientras la máquina realiza la prueba.

Las tomografías computarizadas son un primer paso común en el diagnóstico de un glioma. Sin embargo, los médicos suelen pasar a otra exploración más avanzada, como una resonancia magnética.

Después de realizar una tomografía computarizada, los médicos pueden solicitar una resonancia magnética para observar más de cerca un posible glioma. La prueba de resonancia magnética lleva más tiempo que una tomografía computarizada y dura entre 30 y 45 minutos. ¿Qué es una resonancia magnética? RM significa imágenes por resonancia magnética. El escáner de resonancia magnética utiliza imanes y ondas de radio para registrar el movimiento de los protones en las moléculas de agua del cuerpo. Es una máquina bastante compleja; sin embargo, produce resultados mucho más claros que una tomografía computarizada.

Dado que la resonancia magnética se realiza en un espacio más cerrado, la claustrofobia puede ser un problema para ciertos pacientes. En estos casos, el médico puede recetar un sedante de acción corta para ayudar con el malestar sólo con el fin de completar la exploración.

La resonancia magnética es beneficiosa de varias maneras. En primer lugar, proporciona una imagen clara del tejido blando (el cerebro). En segundo lugar, conlleva menos riesgos que una tomografía computarizada, ya que la resonancia magnética no utiliza radiación ionizante. La resonancia magnética también es indolora y solo requiere que el paciente permanezca quieto.

Una cosa que debe saber es que si tiene algún dispositivo implantado (como un marcapasos o un desfibrilador), es posible que no pueda hacerse una resonancia magnética. Algunos dispositivos están aprobados para resonancia magnética y se evaluarán antes de someterse a imágenes. Además, al igual que la tomografía computarizada, la resonancia magnética puede utilizar un medio de contraste. Si ha tenido reacciones alérgicas al medio de contraste, informe a su médico.

Una vez que su médico haya encontrado un tumor y usted haya sido remitido a un neurocirujano, éste puede decidir realizar una biopsia para finalizar el diagnóstico antes de tomar una decisión más definitiva sobre la extirpación del tumor mediante una craneotomía.

¿Qué es una biopsia? Una biopsia es un procedimiento quirúrgico bajo anestesia general que utiliza una pequeña aguja o un instrumento preciso para extraer y recolectar una parte del tumor para que el patólogo lo examine microscópicamente. Como algunos tumores cerebrales pueden parecerse en la resonancia magnética, se necesitan pruebas adicionales, como una biopsia, para un diagnóstico final preciso. Consulte el capítulo sobre biopsia estereotáxica para obtener más detalles.

Una biopsia puede proporcionar información definitiva sobre las propiedades del tumor cerebral, lo que conducirá a tratamientos más específicos. Además, algunos tumores se encuentran en partes críticas del cerebro y, por lo tanto, no se pueden extirpar quirúrgicamente de forma segura. En estos casos, los resultados de la biopsia guiarán los siguientes pasos de radiación y/o quimioterapia según la composición genética específica del tumor.

El glioblastoma es la forma más agresiva de cáncer cerebral. La edad media de diagnóstico del glioblastoma es de unos 64 años. Sin embargo, eso no significa que otros grupos de edad no se vean afectados. Los pacientes pediátricos (niños), de 0 a 19 años, representan el 6% de todos los tumores cerebrales. Los adolescentes y adultos jóvenes, de entre 15 y 39 años, representan el 14,5% de todos los tumores cerebrales.

Los tumores cerebrales no discriminan por edad; sin embargo, son más comunes en adultos mayores. Además, los glioblastomas parecen más comunes en los hombres.

Una parte importante del proceso de diagnóstico implica determinar el grado del glioma. Los tumores cerebrales, a diferencia de otros tipos de cáncer, utilizan un sistema de clasificación único con cuatro grados. Estos grados describirán el tipo de glioma y brindarán información sobre su pronóstico.

Hay cuatro grados de glioma:

• Grado I: son relativamente benignos y los cirujanos generalmente pueden extirparlos con buenos resultados.
• Grado II: los gliomas de grado II tienden a crecer hasta alcanzar un grado superior. A menudo se trata primero con cirugía.
• Grado III: estos tumores son peligrosos y conllevan el riesgo de convertirse en un grado IV totalmente maligno.
• Grado IV: los glioblastomas entran en esta categoría. El grado IV es el grado más canceroso y el período de supervivencia suele ser inferior a dos años.

Dependiendo del grado del glioma, los médicos pueden realizar más pruebas de diagnóstico para mejorar sus decisiones de tratamiento.

• Diagnosticar un glioma puede ser un viaje. Los médicos combinarán los resultados del examen físico con procedimientos avanzados como una resonancia magnética y una biopsia para hacer un diagnóstico definitivo.
• Desafortunadamente, muchos gliomas se diagnostican en sus grados superiores ya que no es posible un diagnóstico temprano. Este viaje puede provocar mucha ansiedad y afecta a toda la familia. Los pacientes bien informados están mejor capacitados para hacer el viaje más tolerable.

• Asociación Americana de Tumores Cerebrales
• Sociedad Nacional de Tumores Cerebrales
• Asociación Americana de Neurocirujanos