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Descripción general del tratamiento del espasmo hemifacial

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                                            Figura 1: El espasmo hemifacial puede ser muy desfigurante y perturbador para el paciente.

Figura 1: El espasmo hemifacial puede ser muy desfigurante y perturbador para el paciente.

El espasmo hemifacial es una afección que se caracteriza por contracciones de los músculos de la cara. Los espasmos son el resultado de señales eléctricas anormales en el nervio facial que provocan contracciones y espasmos de los músculos de un lado de la cara que pueden provocar expresiones faciales anormales. Otros síntomas incluyen dificultad en la visión (causada por contracciones de los músculos oculares), movimientos anormales de la boca, tictac en el oído y dificultad para dormir.

La causa más común de espasmo hemifacial es la compresión del nervio facial por un vaso sanguíneo. Otras causas raras incluyen un tumor cerebral que comprime el nervio facial, la parálisis de Bell y la esclerosis múltiple. En casos raros, no se puede identificar una causa. Encontrar el motivo del espasmo hemifacial es importante, porque determinará la mejor estrategia de tratamiento.

Hay numerosas opciones de tratamiento disponibles, cada una con sus pros y sus contras. Su neurocirujano será la mejor persona para guiarlo sobre las mejores opciones para usted, según sus síntomas, la causa de los espasmos y las expectativas.

Las opciones de tratamiento actuales para el espasmo hemifacial incluyen medicamentos, inyecciones de toxina onabotulinum A (Botox, Allergan Aesthetics, Irvine, CA) y cirugía.

Tratamiento médico del espasmo hemifacial

El tratamiento médico del espasmo hemifacial suele ser el primer paso en el tratamiento de este trastorno. Su médico le recetará uno o varios medicamentos que reducirán la gravedad y la frecuencia de los espasmos. Los siguientes son los medicamentos recetados con más frecuencia.

  • Carbamazepina: un medicamento comúnmente utilizado para la epilepsia. Funciona para el espasmo hemifacial al reducir las señales eléctricas transmitidas a través del nervio facial, lo que resulta en menos contracciones de los músculos faciales. Algunos efectos secundarios que puede experimentar son sequedad de boca, mareos, sarpullido e infecciones recurrentes.
  • Clonazepam: fármaco utilizado para tratar la ansiedad y los espasmos musculares. Algunos efectos secundarios que puede enfrentar son somnolencia, mareos y náuseas. Es importante tener en cuenta que el clonazepam tiene potencial de adicción, por lo que debe tomarlo sólo cuándo y cómo le haya recetado su neurólogo.
  • Baclofeno: un relajante muscular que previene las contracciones y espasmos musculares. Los efectos secundarios pueden incluir fatiga, estreñimiento e hipotensión.
  • Gabapentina: un fármaco antiepiléptico comúnmente utilizado para el dolor neuropático. Los efectos secundarios comunes incluyen somnolencia y mareo; algunos efectos secundarios raros incluyen pensamientos suicidas y depresión.

Cuando opta por el tratamiento médico del espasmo hemifacial, hay algunas cosas que debe tener en cuenta. Si sufre o ha sufrido depresión u otra enfermedad psiquiátrica en el pasado, es posible que ciertos medicamentos no sean ideales para usted. También debe informarle a su neurólogo si está embarazada. Ciertos medicamentos son peligrosos en mujeres embarazadas o en período de lactancia. También debe informar a su médico sobre cualquier otra afección médica que tenga, como enfermedad cardíaca, enfermedad renal o glaucoma. Informarle a su médico sobre sus alergias le ayudará a decidir cuál es el mejor medicamento para usted. En función de los efectos secundarios que encuentre, su médico puede ajustar la dosis del medicamento o cambiar el medicamento después de evaluar la relación riesgo/beneficio en su caso particular.

El tratamiento médico del espasmo hemifacial generalmente reduce la frecuencia y gravedad de la afección. Sin embargo, muchas personas no encuentran un alivio adecuado de los síntomas y desarrollan efectos secundarios como fatiga, pensamiento lento y problemas de memoria. En estas situaciones, es posible que necesite utilizar otro tratamiento.

Inyecciones de botox

El Botox es una toxina botulínica (tipo A) que se utiliza como agente paralizante muscular para prevenir el espasmo hemifacial. El Botox se inyecta en los músculos faciales, lo que hace que esos músculos no se contraigan a pesar de las señales eléctricas del nervio facial. Esto reduce los espasmos en la cara. El procedimiento suele implicar múltiples inyecciones en los músculos afectados. El tratamiento generalmente se ofrece a quienes no sienten que sus síntomas mejoren después del tratamiento médico.

La ventaja de las inyecciones de Botox es su eficaz parálisis de los músculos faciales. Los síntomas de la mayoría de los pacientes mejoran después de las inyecciones. Sin embargo, las inyecciones deben repetirse cada 3 a 6 meses, ya que su efecto disminuirá con el tiempo. La dosis de Botox y los músculos a tratar se determinan según su condición específica. Inmediatamente después de una inyección, podría desarrollar caída del párpado, visión doble o dificultad para hablar, todo lo cual generalmente desaparecerá después de unos días. Los efectos secundarios a largo plazo pueden incluir asimetría facial y cambios cosméticos indeseables resultantes en la cara.

Las inyecciones de Botox a largo plazo pueden provocar cambios cosméticos permanentes indeseables y, por lo tanto, se debe considerar una intervención quirúrgica definitiva visitando a un neurocirujano con experiencia significativa en la realización de la cirugía. Muchos pacientes encuentran problemático el regreso gradual de los espamos cerca del final de cada ciclo de Botox y buscan una terapia más duradera.

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                                            Figura 2: Las inyecciones de Botox se pueden realizar en el consultorio del médico.

Figura 2: Las inyecciones de Botox se pueden realizar en el consultorio del médico.

Tratamiento quirúrgico del espasmo hemifacial

La cirugía para el espasmo hemifacial se ofrece a quienes no encuentran alivio sintomático ni con los medicamentos ni con las inyecciones de Botox y desean una solución definitiva y duradera.

La cirugía es particularmente útil para aquellos a quienes se les encuentra un vaso sanguíneo que comprime el nervio facial en una resonancia magnética. A diferencia de los medicamentos y las inyecciones de Botox, la cirugía brinda alivio al tratar la causa de los espasmos. La descompresión microvascular es la cirugía que se realiza con más frecuencia.


                                        
                                            Figura 3: Un vaso (flecha negra) está comprimiendo el nervio en la resonancia magnética.

Figura 3: Un vaso (flecha negra) está comprimiendo el nervio en la resonancia magnética.

La descompresión microvascular implica realizar una incisión en la parte posterior de la cabeza, detrás de la oreja, para que el neurocirujano pueda acceder al nervio facial creando una pequeña abertura en el cráneo. El vaso sanguíneo que comprime el nervio facial se movilizará suavemente y se colocará una esponja acolchada entre los dos, lo que debería evitar una mayor compresión e irritación del nervio facial. Se le pedirá que permanezca en el hospital unos días después de la cirugía.


                                        
                                            Figura 4: Se demuestra la incisión para llegar al cráneo y al nervio facial.

Figura 4: Se demuestra la incisión para llegar al cráneo y al nervio facial.


                                        
                                            Figura 5: Se coloca un trozo de esponja plástica (teflón, color blanco) entre el nervio y la arteria durante la cirugía de descompresión microvascular.

Figura 5: Se coloca un trozo de esponja plástica (teflón, color blanco) entre el nervio y la arteria durante la cirugía de descompresión microvascular.

Una gran mayoría de los espasmos de los pacientes desaparecen unos días después de la cirugía, pero una pequeña minoría requiere otros tratamientos. Muy pocos pacientes desarrollan complicaciones como debilidad facial, pérdida de audición, dificultad para tragar, ronquera y problemas de coordinación. Algunas otras posibles complicaciones generales son sangrado, infección y fuga de líquido cefalorraquídeo desde el sitio quirúrgico. Si lo realizan neurocirujanos experimentados, los riesgos quirúrgicos son pequeños.

Otra opción quirúrgica que rara vez se realiza es la coagulación térmica por radiofrecuencia (RFTC). RFTC es una cirugía relativamente menos invasiva que la descompresión microvascular. Se ofrece a quienes no tienen un vaso sanguíneo o un tumor que comprima el nervio facial. También se ofrece a quienes no están lo suficientemente sanos como para someterse a anestesia general, necesaria para la descompresión microvascular. Para el RFTC solo se utiliza anestesia local. Se introduce una sonda en el cráneo mediante instrumentos de alta precisión. La sonda simplemente toca el nervio facial, que luego se calienta para dañar algunas de las fibras nerviosas del nervio facial. Este daño al nervio facial provoca una reducción en la frecuencia y fuerza de las señales que lo atraviesan. Aunque la mayoría de los pacientes informan una mejoría de los síntomas, la RFTC no es tan eficaz como la descompresión microvascular. El efecto secundario más común es la parálisis facial, que suele ser temporal.

También podría ser necesaria una cirugía si la causa de los síntomas del espasmo hemifacial es un tumor cerebral o una malformación arteriovenosa. Debe consultar con su neurocirujano si la cirugía es la opción adecuada para usted.

Radiocirugía estereotáxica para el espasmo hemifacial

La radiocirugía estereotáxica (SRS) dirige haces de radiación a una parte deseada del cerebro con un alto nivel de exactitud y precisión. La SRS actúa causando daño parcial al nervio facial, reduciendo así la frecuencia y gravedad de los espasmos faciales. La SRS es un método de tratamiento no invasivo, lo que significa que no tendrá incisiones ni cicatrices visibles. Se le pedirá que se recueste en un búnker de radioterapia mientras la máquina apunta al nervio facial con rayos precisos de radiación. La radiocirugía rara vez se realiza para el espasmo hemifacial debido a los excelentes resultados de la descompresión microvascular.

Los sistemas de SRS comúnmente utilizados son Gamma Knife, sistemas basados en aceleradores lineales como CyberKnife y terapia con haz de protones. Cada sistema tiene diferentes niveles de exactitud, precisión, disponibilidad y costo. Su neurocirujano puede ayudarle a decidir cuál es el mejor sistema para usted.

En general, el tratamiento con SRS requiere solo una sesión y debería poder irse a casa al final del día. Una vez que llegue por la mañana, se le colocará un marco sobre la cabeza. Algunos sistemas requieren que use una máscara hecha a medida. Una vez que se haya colocado el marco de la cabeza, se le realizará una tomografía computarizada para determinar las coordenadas exactas del nervio facial y la ubicación precisa a la que se dirigirá. Luego, se le pedirá que se recueste en el búnker de radioterapia y comenzará el tratamiento. El procedimiento suele durar poco más de una hora. Una vez finalizado el tratamiento, se retira el marco de la cabeza y se le dará el alta.

Algunos efectos secundarios de la SRS son dolor en los lugares donde se colocó el marco de la cabeza, dolor de cabeza, debilidad facial, dolor facial y pérdida de audición. La mayoría de estos efectos secundarios son temporales.

La SRS es una buena opción de tratamiento para personas que no están lo suficientemente sanas para recibir anestesia general. Aparte de los efectos secundarios, algunas de las desventajas de la SRS son que el espasmo hemifacial puede tardar más en desaparecer y el alivio de los síntomas a largo plazo no es tan eficaz como la cirugía. Además, los sistemas de SRS sólo están disponibles en centros altamente especializados y pueden estar más lejos de su hogar. También deberá considerar los costos de modalidades de tratamiento tan sofisticadas.

Terapias complementarias (naturales)

Se sabe que el espasmo hemifacial empeora con el estrés y la fatiga y, a su vez, los espasmos aumentan el estrés. Este círculo vicioso puede resultar frustrante. Por tanto, es importante reducir el estrés y la ansiedad generales de forma holística. Dormir lo suficiente puede ser el primer paso en esta dirección. Las técnicas de relajación como el yoga y la meditación pueden resultar beneficiosas.

Existe cierta evidencia que sugiere que el magnesio puede ser beneficioso para pacientes con espasmo hemifacial. Un estudio publicado en la revista Headache encontró que la suplementación con magnesio fue eficaz para reducir la frecuencia y la gravedad de los espasmos en algunos participantes. Sin embargo, se necesita más investigación para comprender completamente la relación entre el magnesio y el espasmo hemifacial. Asegúrese de consultar con un profesional de la salud antes de comenzar con cualquier suplemento o tratamiento nuevo.

Llevar una dieta saludable puede ayudar a prevenir las deficiencias de vitaminas y minerales. También se ha observado que ayudan los masajes suaves y los ejercicios faciales. Algunos pacientes dicen haberse sentido mejor después de la fisioterapia o la acupuntura. Debe consultar a su médico sobre cualquier opción no médica que desee seguir.

Conclusiones clave

  • El espasmo hemifacial puede ser una afección frustrante, pero hay múltiples opciones de tratamiento disponibles.
  • Los medicamentos pueden reducir la gravedad de los síntomas, pero muchas personas no se sienten significativamente mejor.
  • Las inyecciones de Botox brindan un alivio significativo de los síntomas, pero es necesario repetir el tratamiento cada 3 a 6 meses.
  • La cirugía es la opción de tratamiento definitiva que aborda de forma más eficaz la causa raíz del problema; la descompresión microvascular es la cirugía que se realiza con más frecuencia.

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